Historia de Emprendimiento de Henry Ford
Historia de Emprendimiento de Henry Ford: creador de la Ford Motor Company, es uno de los hombres de negocios más esenciales de la historia. Sus ideas y visión le dejaron revolucionar la industria automovilística y ser vanguardista en el empleo de la producción en cadena.
Historia de Emprendimiento de Henry Ford
Llegó a ser uno de los hombres más ricos de USA y durante su vida registró ciento sesenta y uno patentes. Era un empresario con una visión global, pese a que su educación fue bastante precaria.
Henry Ford nació en el mes de julio de mil ochocientos sesenta y tres en una granja, dentro de una familia pobre, en un pueblo rural al oeste de Dearborn – Míchigan.
Desde muy muchacho, Ford sintió una enorme atracción por las tramas.
A lo largo del verano de mil ochocientos setenta y tres, Henry vio por vez primera una máquina autopropulsada; una máquina de vapor estacionaria que podía ser utilizada para actividades agrícolas. El operador, Fred Reden, la había montado encima de ruedas a las que había conectado a través de una cadena. Henry quedó maravillado con la máquina y Reden, a lo largo del año siguiente, enseñó al joven de qué forma encender y manejar el motor. Ford afirmó más adelante que esta experiencia fue la que le enseñó que era por instinto un ingeniero.
Ciertos años después, el adolescente Ford aprendió a reparar relojes y a los quince años se ganó una enorme reputación en su zona, después de arreglar docenas de relojes para sus vecinos.
En el año de mil ochocientos setenta y seis, la muerte de la madre de Ford fue un golpe asolador para él, mas sería una de las razones por las cuales el chaval tomaría la resolución de separarse de las actividades agrícolas. Su padre aguardaba que Henry por último se hiciese cargo de la granja familiar, mas detestaba ese trabajo.
En los próximos años, el joven Henry Ford consiguió múltiples trabajos relacionados con máquinas. Veía cada trabajo como una ocasión de aprender, y cuando sentía que podía aprender más en otro sitio, no vacilaba en buscar un nuevo trabajo.
La historia de Henry Ford
La primera destacada empresa automovilística de Ford
Tras su etapa como practicante del ámbito industrial, Ford decidió arrancar su primer proyecto empresarial.
Con la ayuda de un equipo de amigos, hizo ensayos automotrices que acabaron en mil ochocientos noventa y seis con la realización de su primer vehículo autopropulsado, el “Cuadriciclo”. Tenía 4 ruedas de alambre que parecían de bici, se conducía con un timón de navío y solo utilizaba 2 ruedas para el retroceso. Un segundo turismo llegó en mil ochocientos noventa y ocho y Henry persuadió a un conjunto de empresarios a fin de que lo apoyaran en el emprendimiento más esencial de su vida: una compañía para fabricarlo y venderlo. Mas sabía poco sobre administración empresarial, y eso lo llevó al descalabro de sus primeras 2 empresas.
Ford Motor Company
En mil novecientos tres, armado de una enorme determinación y con la experiencia adquirida en sus dos proyectos precedentes, Henry da comienzo a la Ford Motor Company, una compañía fundada así como otros once inversores y con una inversión inicial de veintiocho dólares americanos estadounidenses.
El primer vehículo de la nueva empresa, llamado “Modelo A”, fue seguido por una pluralidad de modelos mejorados y que se podían vender a costos económicos. Ford tenía entonces una visión que revolucionaría la industria: la de un turismo “para la enorme multitud”. Bajo esta premisa, se comenzó la construcción del “Modelo T”, que sería lanzado al mercado el 1 de octubre de mil novecientos ocho y presentaba un sinnúmero de innovaciones; por servirnos de un ejemplo, tenía el volante a la izquierda, siendo esto algo que la enorme mayoría de las otras compañías pronto copiaron. Todo el motor y la transmisión iban cerrados, los 4 tubos estaban encajados en un sólido bloque y la suspensión funcionaba a través de 2 muelles semielípticos. El vehículo era sencillísimo de conducir y, más esencial, baratísimo y simple de arreglar.
En mil novecientos diez la compañía se mudó a una nueva y enorme planta en Highland Park, Michigan, al norte de Detroit; allá Ford Motor Company comenzó una inexorable campaña para acrecentar su producción y reducir los costos, y ya para finales de mil novecientos trece se había desarrollado una línea de montaje para vehículos sin precedentes en la historia de la humanidad.
Mas a los trabajadores no les agradó mucho el trabajo repetitivo de la nueva línea; el volumen del negocio era tan alto que la compañía se vio envuelta en un grave problema de alta rotación de personal, a lo que Henry respondió con una valiente decisión: un incremento de más del doble del sueldo promedio de un obrero de factoría para la temporada.
El sueldo pasó de ser de unos 2 dólares americanos al día a 5 dólares americanos. De un plumazo, la fuerza de trabajo se estabilizó, al tiempo que las ventas del “Modelo T” aumentaron, puesto que dejaba a sus empleados adquirirlos a plazo. Para mil novecientos dieciocho, la mitad de los turismos en los U.S.A. eran el “Modelo T”.
En mil novecientos diecinueve, fatigado de la “injerencia” de los otros inversores de su compañía, Ford adquirió sus acciones y se transformó en el único dueño de la mayor empresa automotriz del planeta. No obstante, el éxito lo había persuadido de la superioridad de su intuición, que lo llevó a pensar que el “Modelo T” era el vehículo que la mayor parte de la gente deseaba, con lo que hizo ni caso de la creciente popularidad de turismos más costosos, mas más muy elegantes y agradables como el Chevrolet, y no escuchó a sus ejecutivos cuando le afirmaron que era tiempo de un nuevo modelo.
A fines de la década de mil novecientos veinte, aun el propio Henry no pudo ignorar las cantidades de ventas en declive. En mil novecientos veintisiete, a duras penas, cerró las líneas de montaje del “Modelo T” y empezó a diseñar un auto nuevo. Todos y cada uno de los pasos del proceso de fabricación de refinar las materias primas hasta el montaje final de este tuvieron sitio en la enorme Rouge Plant. Con el tiempo, esta se transformaría en la factoría más grande del planeta, por el hecho de que no solo se generaban los vehículos, sino más bien asimismo el acero, el vidrio, los neumáticos y otros componentes que se empleaban en ellos.
En mil novecientos treinta y dos, a los sesenta y nueve años, Ford presentó su última gran innovación automovilista en vida: el “Motor V8”, asequible y ligero. Un motor que, si bien en un inicio parecía imposible de fabricar, merced a la persistencia de Ford, por último fue materializado por sus ingenieros.
La aviación
Henry Ford asimismo hizo esenciales contribuciones a la industria de la aviación. El “Ford Airport”, en Dearborn, fue de los mejores del planeta cuando se inauguró en mil novecientos veinticinco, y el próximo “Dearborn Inn” fue uno de los primeros hoteles-aeropuertos del país.
Ciertos avances de Ford en la radionavegación hicieron que el día de hoy volar sea más seguro para todos; si bien ninguna de sus empresas de aviación fue rentable y todas y cada una dejaron de existir en mil novecientos treinta y dos. La Gran Depresión de mil novecientos veintinueve lo forzó a centrarse en su negocio automovilístico, y la tecnología aeronáutica estaba mudando demasiado veloz para sus técnicas de la línea de montaje.
Henry Ford no ideó el vehículo, ni tampoco la cadena de montaje, mas fue un soñador que redefinió la industria automotriz. Estos son ciertos de sus aportes al planeta empresarial:
Fue propulsor del modo de producción en serie o bien en cadena, conocido como el Fordismo.
Fue un vanguardista del estado de bienestar mediante la sociedad de consumo. Procuró prosperar el nivel de vida de sus trabajadores y reducir su rotación.
Fomentó modelos administrativos en los que se apartaba la burocracia de la función industrial en la compañía.
Desafió el status quo del planeta laboral de la temporada, incorporando la semana laboral de cuarenta horas y también acrecentando significativamente el sueldo de sus trabajadores.
Si bien muchas de estas innovaciones de Ford fueron criticadas y cuestionadas en su instante, después se transformarían en el referente para otros empresarios de la temporada.
En contraste con su tremendo éxito empresarial, Ford tuvo una faceta obscura, utilizando su poder y su dinero para propagar mensajes antisemitas que fueron inspiración para movimientos de extrema derecha, como el Nacionalsocialismo en Alemania. Además de esto, se le acusa de haber apoyado y financiado a Adolf Hitler a fin de que sus ideas se pusiesen en marcha.
Como conclusión, Henry Ford fue un hombre soñador, revolucionario y poderoso que, con sus luces y sombras, marcó un punto de inflexión de su paso por este planeta. Su aporte al planeta empresarial abrió paso a una nueva era, masificando la producción industrial y edificando un legado que trascendería a través del tiempo.
Ford muere el siete de abril de mil novecientos cuarenta y siete a la edad de ochenta y tres años, mas su nombre quedaría escrito en la historia por siempre.